Giorgio Agamben: "¿Qué queda hoy de los pueblos europeos?"







"Y si los hombres ya no pueden pensar en su lengua, no debería sorprendernos que se sientan obligados a transferir el pensamiento a la inteligencia artificial." —Giorgio Agamben
 





En este artículo, Giorgio Agamben invita a reflexionar sobre la desconexión de Europa con su lengua. Una lectura que abre el debate sobre identidad y política.


Por: Giorgio Agamben

¿Qué queda hoy de los pueblos europeos? Lo que no podemos dejar de ver es el espectáculo de su desaparición y de su olvido en la lengua que alguna vez los unió. Las formas de este extravío varían en cada pueblo: los anglosajones han recorrido ya todo el camino hacia un lenguaje puramente instrumental y objetivante —el “basic English”, en el cual solo se pueden intercambiar mensajes cada vez más parecidos a algoritmos—, y los alemanes parecen seguir la misma ruta. Los franceses, a pesar de su culto a la lengua nacional, o quizás precisamente por él, están atrapados en una relación casi normativa entre el hablante y la gramática. Los italianos, por su parte, están anclados astutamente en un bilingüismo que fue su riqueza y que se transforma en todas partes en un habla sin sentido. Y si los judíos son, o al menos lo fueron, parte de la cultura europea, es relevante recordar las palabras de Scholem frente a la secularización de una lengua sagrada a una lengua nacional realizada por el sionismo: “Vivimos en nuestra lengua como ciegos que caminan al borde de un abismo… Esta lengua está cargada de catástrofes… llegará el día en que se vuelva contra quienes la hablan”.

 

En cualquier caso, lo que ha ocurrido es la pérdida de la relación poética con la lengua y su reemplazo por una relación instrumental en la que quien cree usar la lengua es, sin darse cuenta, usado por ella. Y dado que el lenguaje es la forma misma de la antropogénesis, del hacerse humano del homo viviente, es la propia humanidad del hombre la que hoy parece amenazada.


Sin embargo, lo decisivo es que, cuanto más se extravía un pueblo en su lengua, la cual le resulta de alguna manera extraña o demasiado familiar, tanto menos es posible pensar en esa lengua. Por eso vemos hoy a los gobiernos de los pueblos europeos, incapaces ya de pensar, encerrarse en una mentira de la que no logran salir. Una mentira de la que el mentiroso no es consciente es, en realidad, simplemente una incapacidad para pensar, una imposibilidad de interrumpir siquiera por un momento la relación puramente instrumental con su propia palabra. Y si los hombres ya no pueden pensar en su lengua, no debería sorprendernos que se sientan obligados a transferir el pensamiento a la inteligencia artificial.


Es evidente que esta pérdida de los pueblos en el lenguaje que fue su hogar vital tiene, antes que nada, un significado político. Europa no saldrá del callejón sin salida en el que se está encerrando si antes no recupera una relación poética y reflexiva con sus palabras. Solo a este precio una política europea —que hoy no existe— llegará eventualmente a ser posible.

11 de Octubre del 2024. 


Libros recomendados por la redacción:

"Homo sacer" de Giorgio Agamben: Esta obra explora la relación entre la ley y la vida, abordando cómo la política moderna sitúa al individuo en una zona de exclusión. Es un ensayo profundo sobre la noción de lo "sagrado" en la sociedad actual, cuestionando los límites entre vida humana y poder soberano.

"La comunidad que viene" de Giorgio Agamben: Aquí, se reflexiona sobre la idea de comunidad en una era donde el individuo es reducido a su utilidad. Agamben examina la posibilidad de una comunidad basada en la experiencia compartida y la trascendencia de la mera instrumentalización social, proponiendo una visión crítica de la política europea actual.

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