Picasso pintó ese gran mural, una de las más conocidas obras del artista, en su estudio de París, como respuesta al bombardeo alemán de Guernica en abril de 1937.
Por Ana Regina Castro-Corrales
Republicano y antifascista, el artista pretendía que la obra provocase rabia, ante los terribles acontecimientos de la guerra civil-española (1936-1939). Utiliza formas angulares y bocas gritando, para evocar las pesadillas de la guerra. La terrible figura con los brazos estirados es una reelaboración de los fusilamientos del 3 de Mayo de 1808, de Goya.
Las imágenes de devastación constituyen el tema de Guernica. Fue la respuesta del artista al ataque a su país. La imaginería es abstracta, pero suficientemente inteligible para transmitir una inmensa y cruda destrucción. Prescinde del color como una desaparición metafórica de la vida y de la esperanza.
La obra Guernica se expuso en el pabellón español de la Feria Mundial de Paris en el año de su creación.
El mural fue adquirido a Picasso por el Estado español vigente en 1937. Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial el artista decidió que la pintura quedaría bajo custodia del MOMA de New York hasta que el conflicto bélico fuera finalizado. Picasso dejó estipulado que la obra no fuera trasladada a España hasta que el General Franco dejase el poder. En 1958 Picasso renovó el préstamo del cuadro al MOMA por tiempo indefinido o mejor, hasta que se restablecieran las libertades democráticas en España.
En 1981 la obra llegó a Madrid. Estuvo en el Museo del Prado y en 1992 fue transferida al Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, donde diariamente es admirada .
Es, de hecho, una de las obras más representativas del siglo XX.
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