
"El problema de la ética neoliberal del rendimiento es que es muy astuta, y por tanto, destructivamente eficiente."
El filósofo llega en bicicleta a la entrevista. Bajo el sol de la tarde berlinesa, parpadea como si acabara de despertar. Aunque Byung-Chul Han (1959) es profesor en Karlsruhe, el pensador de origen coreano vive en Berlín. A iniciativa suya, la entrevista se realiza en la oficina de su editorial Matthes & Seitz.
Han se acomoda en un sillón de cuero. Hablará rápida y concentradamente sobre “la sociedad del cansancio” y “la política de la transparencia”. Durante nuestra conversación, queda claro cuán expresivamente emocional formula este filósofo: gesticula con vehemencia, eleva la voz constantemente y da rienda suelta a su descontento. Pero sobre todo, a sus ideas.
¿Cómo llega un coreano a Alemania y un metalúrgico a ser filósofo?
“La vida está llena de rupturas y cambios que no pueden explicarse. Mi elección inusual tal vez tenga que ver con mi nombre. El carácter chino de 'Chul' significa tanto 'hierro' como 'luz'. En coreano, se llama a la filosofía 'ciencia de la luz'. Así que probablemente seguí mi nombre.”
¿Y cómo fue su llegada a Alemania?
“Sí, oficialmente vine a Alemania para estudiar metalurgia en la Technische Hochschule Clausthal-Zellerfeld de Göttingen. Les dije a mis padres que quería continuar mis estudios técnicos en Alemania. Tuve que mentirles, de lo contrario no me habrían dejado ir. En resumen, terminé en un país completamente diferente, cuya lengua no conocía, y me lancé a una carrera totalmente distinta. Fue como un sueño. Tenía entonces 22 años.”
Su ensayo La sociedad del cansancio es un bestseller en Alemania y un libro de culto en Corea del Sur. ¿Cómo lo explica?
“Es cierto. Aparentemente, los coreanos se sienten identificados con la tesis principal del libro: que la sociedad del rendimiento actual es una sociedad de autoexplotación voluntaria; que hoy en día la explotación es posible incluso sin autoridad. Corea del Sur es una sociedad cansada, al borde del colapso. En Corea, encuentras gente durmiendo por todos lados. Los metros de Seúl parecen vagones dormitorio.”
“Cuando yo iba al colegio, en las aulas colgaban eslóganes enmarcados sobre la paciencia, la diligencia y otros valores: los lemas clásicos de una sociedad disciplinaria. Hoy el país se ha convertido en una sociedad del rendimiento, y ese cambio fue más rápido y brutal que en ningún otro lado. Nadie tuvo tiempo de prepararse para las variantes más duras del neoliberalismo. De repente, ya no se trata del 'deber' sino del 'poder'. Hoy las aulas están llenas de frases como: '¡Tú puedes!'. En este momento, mi libro parece un antídoto. Tal vez sea el anuncio de una conciencia crítica que apenas comienza a surgir.”
“Si fracaso o sufro, es culpa mía”
“El problema de la ética neoliberal del rendimiento es que es muy astuta, y por tanto, destructivamente eficiente. Le explico. Karl Marx criticaba una sociedad dominada por una autoridad externa. En el capitalismo, el trabajador es explotado, y esa explotación externa tiene límites. Eso es muy distinto de la autoexplotación voluntaria a la que hoy nos sometemos. ¡La autoexplotación no tiene límites! Nos exprimimos voluntariamente hasta no quedar nada. Si fracaso, me responsabilizo a mí mismo. Si sufro o quiebro, es culpa mía. La autoexplotación es explotación sin autoridad, porque ocurre de forma completamente voluntaria. Y como está bajo el signo de la libertad, es tan efectiva. En ningún momento se forma un colectivo, un 'nosotros' que pueda oponerse a este sistema.”
¿Qué es la negatividad y por qué es importante?
“La negatividad provoca una reacción inmunológica. Lo otro es lo negativo, lo que penetra en lo propio para negarlo o destruirlo. Vivimos en una época ‘postinmunológica’. Las enfermedades psíquicas actuales como la depresión, el TDAH o el burnout no son infecciones virales o bacterianas, sino infartos provocados por un exceso de positividad, por lo igual. La obesidad del sistema nos enferma. No existe reacción inmune contra la grasa.”
“La depresión es una expresión del narcisismo desbordado. El depresivo se ahoga en sí mismo. Se le ha robado al otro. ¿Ha visto Melancholia de Lars von Trier? Justine representa esto. Está exhausta de sí misma, todo su libido va a su subjetividad, por eso no puede amar. Y entonces aparece un planeta: Melancholia. En el infierno de lo igual, la aparición de lo completamente otro toma forma apocalíptica. Justine florece con ese otro absoluto. Se vuelve afectuosa con Claire y su hijo. El planeta despierta su deseo erótico. El eros como relación con lo absolutamente otro vence la depresión. Lo desastroso trae sanación. 'Desastrum' significa estrella infeliz.”
¿Solo una catástrofe puede salvarnos?
“Vivimos en una sociedad totalmente orientada a la producción y la positividad, que suprime la negatividad del otro o lo extraño para acelerar el ciclo de producción y consumo. Solo se permiten diferencias consumibles. A los otros despojados de su otredad no se les puede amar, solo consumir.”
“Hemos perdido la capacidad de ver al otro como otro, porque lo inundamos todo con intimidad. Lo otro es aquello que me pone en duda, que me arranca de mi narcisismo.”
¿Y los movimientos como Occupy?
“Eso no basta. Un colapso bursátil no es una apocalipsis. ¿Qué logran 300 o 500 personas que son rápidamente desalojadas por la policía? Eso no es el 'nosotros' que necesitamos.”
¿Hay alguna salida?
“También la literatura, el arte y la poesía viven del deseo de lo completamente otro. La crisis actual del arte es quizás también una crisis del amor. Pronto no entenderemos los poemas de Paul Celan, estoy seguro. Están dirigidos al completamente otro. Las nuevas tecnologías de comunicación eliminan al otro. Un verso de Celan dice: 'Estás tan cerca como si no estuvieras aquí'. Esa es la clave. La ausencia define al otro, esa es la negatividad. Solo porque no está, puedo hablar. Solo así es posible la poesía.”
“El deseo se alimenta de lo imposible. Pero si la publicidad repite: 'Tú puedes', 'Todo es posible', eso aniquila el deseo erótico. No hay amor porque creemos estar demasiado libres, con demasiadas opciones.”
¿Qué papel juega la transparencia en la política actual?
“Primero hay que entender el paradigma digital. Es una transformación histórica como la escritura o la imprenta. Lo digital impulsa la transparencia. Un clic y ya tengo un resultado. El tiempo de la sociedad transparente es la inmediatez. No se acepta más congestión informativa. Todo debe ser visible al instante.”
“La Piratenpartei cree que la política se beneficia de esa inmediatez. LiquidFeedback es su palabra mágica. Pero eso causa enormes problemas. Hay asuntos que necesitan madurar. La política debe ser un experimento abierto. Mientras se experimenta, no hay resultado. El experimento necesita ese tiempo. La política de los piratas carece de visión. Lo mismo vale para la empresa. Todo se evalúa constantemente. Hay que rendir al máximo cada día. No hay más proyectos a largo plazo. La lógica digital impone cambios de postura continuos. Ya no quedarán políticos, porque un político se mantiene firme.”
¿Todo eso lo provoca la tecnología?
“¿Qué significa digital? 'Digital' viene de 'digitus', dedo en latín. Nuestra acción se reduce a las yemas de los dedos. Durante siglos, nuestras acciones fueron manuales. De ahí 'acción', 'manualidad'. Hoy solo usamos los dedos. Es la ligereza digital del ser. Pero una acción real es siempre un drama. El fetichismo de la mano de Heidegger ya era una protesta contra lo digital.”
¿Y el liderazgo político?
“Dar liderazgo es una forma de actuar. Un líder mira al futuro. Iniciar un experimento político requiere asumir riesgos. El líder entra en lo impredecible. Pero la transparencia digital quiere total previsibilidad. Todo debe ser calculable. Una acción que se puede calcular ya no es una acción, es una operación. Actuar significa abrirse a lo impredecible, al futuro. Por eso la sociedad transparente es una sociedad sin futuro. El futuro es la dimensión temporal de lo otro. Hoy el futuro se ha reducido a presente optimizado.”
¿La inmediatez digital también nos infantiliza?
“Sin duda. Nos infantiliza porque ya no sabemos esperar. El amor pierde su dimensión temporal. Decir 'te amo' es una promesa hacia el futuro. Acciones humanas orientadas al futuro, como las promesas, se marchitan. Conocimiento y experiencia también tienen horizonte temporal. En cambio, la información y las vivencias son del presente. La sociedad de la información sufre el Síndrome de Fatiga Informativa (IFS). Uno de sus síntomas es la parálisis del análisis. En medio del flujo de datos ya no se distingue lo importante de lo trivial. Otro síntoma es la incapacidad para asumir responsabilidad.”
¿Por qué llama a la sociedad transparente una 'sociedad porno'?
“Porque en ella la visibilidad se totaliza, se absolutiza, y el secreto desaparece. El capitalismo intensifica esta pornografía social al exponer todo a la visibilidad. Se busca el máximo valor de exhibición. El capitalismo no conoce otra forma de sexualidad.”
“Lo pornográfico destruye lo erótico. ¿Conoce esa hermosa escena de Madame Bovary de Flaubert? El paseo en coche de Emma y León es absolutamente inútil. Recorren la ciudad entera, el lector no ve nada, ni siquiera dentro del coche. Solo nombres de calles. Al final, Emma extiende la mano y lanza papelitos como mariposas sobre un campo de tréboles. Su mano es lo único desnudo en la escena: un momento más erótico no puede imaginarse. Porque no se ve nada. En la hipervisibilidad actual, eso es impensable.”
¿Qué papel tiene la filosofía en este infierno de lo igual?
“Para mí, la filosofía es el intento de desarrollar formas de vida totalmente distintas – al menos en el pensamiento, probar otras condiciones de vida. Aristóteles fue el pionero con la vita contemplativa, la vida contemplativa. Hoy, la filosofía está muy lejos de eso. Es parte del infierno de lo igual. Y sin embargo, hay tantos fenómenos que deben discutirse filosóficamente. La depresión, la transparencia, el Partido Pirata: para mí son problemas filosóficos. Sobre todo la digitalización y las redes digitales son un desafío filosófico. Necesitamos una nueva antropología digital, una nueva teoría del conocimiento y percepción digital. Necesitamos una filosofía digital de la sociedad y la cultura. Ser y tiempo de Heidegger ya debería haber sido actualizado digitalmente hace tiempo.”