
"Si en Japón tratan a los robots con el mismo respeto que a los humanos, los taxis autónomos podrían ser comunes en Tokio mucho antes que en Berlín, Londres o Nueva York"
Por: José Daniel Figuera
Las personas en Japón tratan a robots e inteligencias artificiales con mayor respeto que en sociedades occidentales, revela un estudio de la Universidad Ludwig-Maximilians de Múnich. La investigación, publicada en Scientific Reports, expone diferencias culturales clave en cómo interactuamos con agentes artificiales cooperativos, desde vehículos autónomos hasta asistentes de IA. Estos hallazgos podrían definir el futuro de la convivencia humano-máquina en distintas regiones del mundo.
¿Por qué explotamos a las máquinas? La psicología detrás del trato a la IA
Mediante experimentos de teoría de juegos, el equipo comparó las decisiones de participantes japoneses y estadounidenses al interactuar con humanos o IA. "Cortar el paso a un robot no lastima sus sentimientos", explica el Dr. Jurgis Karpus, autor principal. Los resultados mostraron que los occidentales actúan egoístamente con máquinas programadas para cooperar, mientras que en Japón las tratan con igual consideración que a las personas. La clave está en la culpa: en Occidente, esta solo surge al dañar a otros humanos.
Robots en el tráfico: un campo de pruebas para la ética cultural
El estudio imaginó escenarios cotidianos, como un vehículo autónomo y un peatón llegando simultáneamente a una intersección. "Estas interacciones definirán cómo compartimos espacios con máquinas inteligentes", advierte Karpus. Mientras un estadounidense probablemente exigiría prioridad, un japonés cedería el paso al robot, aplicando normas de convivencia similares a las humanas. Este contraste refleja diferencias profundas en la percepción de la agencia y moralidad de las IA.
Implicaciones globales para la era de la automatización
La disparidad cultural podría acelerar la adopción de tecnologías autónomas en Japón. "Un taxi sin conductor en Tokio podría ser aceptado como un ciudadano más del tráfico, mientras que en Berlín enfrentaría constantes intentos de dominación", ejemplifica Karpus. Los investigadores destacan la necesidad de diseñar sistemas adaptados a cada contexto cultural, especialmente en ámbitos como transporte, logística o atención al cliente, donde la interacción humano-robot es inevitable.
El estudio también plantea preguntas filosóficas: ¿Debemos programar robots para "exigir" respeto? ¿O la solución está en educar sociedades occidentales sobre ética digital? Conforme la IA se integre a espacios públicos, estas diferencias culturales podrían generar tensiones o, en el mejor de los casos, enriquecer el debate global sobre nuestro lugar junto a las máquinas inteligentes.
Fuente de la investigación
Jurgis Karpus et al. Human cooperation with artificial agents varies across countries. Scientific Reports, 2025; 15 (1). DOI: 10.1038/s41598-025-92977-8.