Zygmunt Bauman y la libertad incompleta





"Nuestra libertad nunca es completa."

 

Por: José Daniel Figuera

La socialización, según Zygmunt Bauman, es un proceso continuo que influye en la relación entre libertad y dependencia. "La socialización nunca termina en nuestras vidas", afirma Bauman, señalando que nuestras interacciones con el mundo cambian a lo largo del tiempo. Desde la infancia hasta la vejez, los individuos atraviesan diferentes estadios de socialización que modifican sus posibilidades de acción. 

El entorno juega un papel determinante en la percepción de la libertad. Bauman describe cómo una persona criada en un medio rural puede sentirse abrumada por la ciudad: "La indiferencia hacia los extranjeros produce sentimientos de desamparo". La confianza y el riesgo, según el socólogo, son factores que habilitan o restringen la autonomía del individuo en diferentes contextos urbanos o rurales.



Más allá de las experiencias individuales, las condiciones macroestructurales afectan nuestra sensación de libertad. "Una súbita depresión económica, el estallido de una guerra" pueden alterar drásticamente las opciones disponibles para una persona. Estos eventos pueden desestabilizar la seguridad de los individuos y requerir una reconfiguración de sus estrategias de vida. 

A nivel cotidiano, la libertad también se ve condicionada por transiciones personales. "Cuando cambiamos de escuela o de trabajo, nos casamos, compramos una casa", explica Bauman, se requiere una adaptación constante. La relación entre libertad y dependencia es, por tanto, una negociación permanente entre el individuo y su entorno.
 

Bauman enfatiza que "nuestra libertad nunca es completa". Las elecciones están moldeadas por experiencias previas y por límites estructurales. No todas las oportunidades están al alcance de todos, y algunas opciones deseables resultan inalcanzables debido a restricciones económicas o sociales. 

La desigualdad se manifiesta en el acceso a la libertad. "Mientras todas las personas son libres y no pueden ser sino libres", aclara Bauman, "algunas son más libres que otras". La posibilidad de ejercer la autonomía depende de los recursos materiales y simbólicos disponibles, lo que genera una brecha entre quienes pueden ampliar sus horizontes y quienes ven sus opciones reducidas. 

 El privilegio, en este sentido, se define como una mayor libertad y una menor dependencia. "Lo que llamamos privilegio aparece, mirando más de cerca, como un mayor grado de libertad", escribe Bauman. La capacidad de tomar decisiones sin restricciones es un indicador de posición social, reflejando las diferencias estructurales entre individuos y grupos. 

Finalmente, Bauman advierte sobre el papel de los prejuicios en la percepción de la desigualdad. "Cuando dejamos brechas en nuestro conocimiento de otros, se las suele llenar con prejuicio". En este sentido, el desconocimiento sobre las condiciones de vida ajenas refuerza la naturalización de las desigualdades, dificultando la comprensión de los verdaderos límites de la libertad en la sociedad contemporánea.
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