El filósofo Luciano Floridi advierte sobre el control digital





"El problema fundamental de la era digital no radica en el temor a los robots, sino en la gestión de la sociedad digital."

 

Luciano Floridi y la regulación de la inteligencia artificial

Por: José Daniel Figuera

Luciano Floridi, filósofo y director del Digital Ethics Lab en la Universidad de Oxford, ha dedicado su carrera a analizar el impacto de la tecnología en la sociedad. En 1995, cuando Internet aún era un fenómeno incipiente, advertía que "la red no solo fomenta el crecimiento del conocimiento, sino también nuevas formas de ignorancia". Con una trayectoria consolidada en la ética digital, Floridi se ha convertido en una de las voces más influyentes en el debate sobre la inteligencia artificial y el poder de los datos.

En una extensa entrevista en el semanario de La Repubblica*, Floridi explicó que "el problema fundamental de la era digital no radica en el temor a los robots, sino en la gestión de la sociedad digital". Para él, el verdadero desafío no es la propiedad de los datos, sino el control sobre su uso. En la actualidad, las grandes tecnológicas poseen datos comerciales, mientras que los estados administran información institucional. Sin un marco de regulación adecuado, este desequilibrio puede derivar en graves problemas democráticos y sociales. 

Según Floridi, "la cuestión del control es más urgente que la de la propiedad de los datos". En un mundo ideal, las empresas recolectarían datos comerciales y los proporcionarían al Estado cuando fuesen necesarios para el bienestar social, como en la lucha contra la evasión fiscal, el terrorismo o para la investigación científica. Sin embargo, esta colaboración solo es viable si existen mecanismos de control eficaces. La democracia debería garantizar la transparencia del Estado, mientras que los organismos antimonopolio tendrían que supervisar a las empresas. Pero la realidad muestra un escenario diferente: el monopolio de gigantes como Google, Facebook y Amazon impide una competencia justa y limita las alternativas para los usuarios.

Ante este panorama, algunos analistas consideran que Europa tiene pocas posibilidades de recuperar el control sobre la inteligencia artificial y los macrodatos. Floridi, sin embargo, se muestra más optimista: "Europa tiene una oportunidad única de gestionar la sociedad digital de manera coordinada"

En la entrevista, destacó los esfuerzos europeos en este sentido. Mencionó iniciativas como la plataforma AI4People, que busca generar directrices éticas para la inteligencia artificial, y el creciente interés por la regulación en el Parlamento Europeo. Al mismo tiempo, observa que las propias empresas tecnológicas comienzan a reconocer la importancia de la autorregulación ante las crecientes tensiones políticas y sociales. Floridi subrayó que "los recientes acontecimientos políticos han obligado a las grandes tecnológicas a replantearse su papel en la sociedad". La elección de Donald Trump, el Brexit y la propagación de noticias falsas han generado una crisis de confianza que ha empujado a algunas empresas a adoptar una perspectiva más responsable. En este contexto, el discurso de Mark Zuckerberg ha evolucionado: de priorizar la satisfacción inmediata de los usuarios, ha pasado a enfocarse en el desarrollo de la sociedad en su conjunto. Esta transición, según Floridi, responde al reconocimiento de que el desequilibrio digital puede desencadenar conflictos profundos si no se gestiona de manera adecuada.
"El problema no es la tecnología, sino cómo decidimos usarla", afirmó Floridi. Para él, la inteligencia artificial y la automatización no deben ser percibidas como amenazas en sí mismas, sino como herramientas cuya implementación requiere un marco ético sólido. El desafío radica en evitar que la tecnología se convierta en un instrumento de control opresivo o de desigualdad estructural. Si la sociedad digital no se gestiona con criterios claros, advierte Floridi, la brecha entre quienes controlan los datos y quienes los generan se profundizará aún más. 

Además, Floridi señaló que "la educación es el único medio para garantizar que la revolución digital beneficie a todos". La falta de alfabetización digital genera una división aún mayor entre quienes pueden aprovechar las oportunidades tecnológicas y quienes quedan excluidos. Por ello, considera que es fundamental que los gobiernos implementen políticas de formación que permitan a la ciudadanía entender el impacto de la inteligencia artificial en sus vidas. Solo así se podrá construir una sociedad digital más equitativa y democrática. 

Finalmente, Floridi concluyó que "el futuro de la sociedad digital no está escrito, depende de las decisiones que tomemos hoy". Aunque la tecnología avanza a un ritmo acelerado, sus consecuencias dependen de las estructuras políticas y sociales que se establezcan en torno a ella. En este sentido, subrayó la importancia de un diálogo abierto entre académicos, legisladores y ciudadanos para definir los principios que guiarán el desarrollo digital en las próximas décadas.

*Pueden leer la entrevista completa en su idioma original (italiano) aqui 

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