Grace Slick: La voz rebelde que definió una generación

Grace Slick, leyenda del rock, en una fotografía reciente
"Aquí estamos, y no nos importa lo que piensen"


Por: José Daniel Figuera

Grace Slick, la icónica vocalista de Jefferson Airplane, es una leyenda viva del rock. A sus 85 años, la artista que ayudó a definir el sonido de los años 60 con canciones como White Rabbit y Somebody to Love, sigue siendo tan carismática y rebelde como siempre. En una entrevista reciente, Slick repasa su vida llena de excesos, música revolucionaria y anécdotas que desafían las convenciones sociales. Desde su famoso incidente en la televisión estadounidense hasta su plan fallido de alterar una reunión en la Casa Blanca, Slick no solo vivió el rock and roll, sino que lo redefinió.

Una vida de rebeldía y música

Grace Slick nació en un entorno privilegiado, pero su espíritu rebelde la llevó por un camino muy diferente al que sus padres habían planeado. "No ofendas a nadie, vístete de cierta manera, cásate, ten hijos, quédate en casa y hornea pasteles", dice Slick, imitando con desdén las expectativas de la sociedad de los años 50. "Muchas mujeres de esa época pensamos: '¡No, gracias!'".

Su vida cambió cuando leyó un artículo en el San Francisco Chronicle sobre una banda llamada Jefferson Airplane. Fascinada por la escena musical de San Francisco, formó su propia banda, The Great Society, y pronto se unió a Jefferson Airplane como vocalista. Con su voz poderosa y su carisma en el escenario, Slick se convirtió en un ícono del movimiento contracultural de los 60.

El legado de Jefferson Airplane

Jefferson Airplane no solo fue una de las bandas más influyentes de su época, sino que también ayudó a definir el sonido psicodélico con canciones como White Rabbit, inspirada en Alicia en el País de las Maravillas. "La gente preguntaba por qué los jóvenes usaban sustancias", recuerda Slick. "Pero ¿no se dieron cuenta de las historias que nos leían? Alicia toma al menos cinco sustancias diferentes en ese libro".

La banda también fue pionera en desafiar las normas sociales. En 1969, Slick se convirtió en la primera persona en decir una grosería en la televisión estadounidense durante una presentación en el programa de Dick Cavett. "Era una forma de decir: 'Aquí estamos, y no nos importa lo que piensen'", explica.

Anécdotas inolvidables

La vida de Slick está llena de historias que parecen sacadas de una película. En una ocasión, planeó alterar una reunión en la Casa Blanca con el entonces presidente Richard Nixon. "Llevaba algo en el bolsillo", confiesa con una risa pícara. "Pero la seguridad me reconoció y no me dejaron entrar".

Otra anécdota involucra a Jim Morrison, líder de The Doors. "Estaba aullando como un lobo", recuerda Slick sobre un encuentro con Morrison. "Era un tipo peculiar, pero fascinante". Aunque su relación fue breve, Slick guarda un cariñoso recuerdo del músico.

Sin embargo, no todo fue diversión. En la década de 1970, Slick luchó contra el alcoholismo, lo que llevó a comportamientos autodestructivos. "Era una borracha periódica", admite. "Podía pasar un mes sin beber, pero cuando lo hacía, era un desastre". Tras varios incidentes, incluido un accidente automovilístico a alta velocidad, Slick decidió rehabilitarse y ha estado sobria desde finales de los 90.

Un legado que perdura

En la década de 1980, Slick alcanzó el éxito comercial con Jefferson Starship y Starship, obteniendo varios éxitos número uno. Aunque no estaba orgullosa de canciones como We Built This City, reconoce que fueron parte de su evolución como artista. "Eran ridículas, pero la gente las amaba", dice con una risa.

Hoy, Slick se dedica a la pintura y escribe letras para nuevas canciones. "Es un hábito más difícil de dejar que el alcohol", bromea. Además, está trabajando en un proyecto punk con su yerno, demostrando que su espíritu rebelde sigue intacto. "Será interesante ver cómo reacciona la gente", dice con una sonrisa traviesa.

Grace Slick no solo es una leyenda del rock, sino un testimonio viviente de una era que cambió la cultura para siempre. Su vida es un recordatorio de que, a veces, romper las reglas es la mejor manera de dejar una marca en el mundo.

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