Los tipos de Sociedades | por Michel Foucault





"La meta de la internación no sólo era castigar sino también imponer por la fuerza un modelo determinado de comportamiento, así como de aceptaciones: los valores y las aceptaciones de la sociedad." Michel Foucault
 






El siguiente texto del filósofo Michel Foucault, forma parte de una entrevista realizada por Geneviève Armleder, en el año 1971. Pueden leer la entrevista completa aquí.

Por: Michel Foucault  


He comprobado que la mayoría de los teóricos que buscan salir de la metafísica, de la literatura, del idealismo o de la sociedad burguesa no salen, y que nada es más metafísico, literario, idealista o burgués que la manera como tratan de liberarse de las teorías.

 

Yo mismo, en otros tiempos, me dediqué a temas tan abstractos y lejanos a nosotros como la historia de las ciencias. Hoy querría salir realmente de eso. Debido a circunstancias y acontecimientos particulares, mi interés se ha desplazado hacia el problema de las prisiones, y esta nueva preocupación se me ofreció como una verdadera solución para salir del cansancio que sentía frente a la cosa literaria. Sin embargo, encuentro allí una continuidad que me habría gustado romper. En efecto, en el pasado intenté analizar el sistema de internación en vigor en nuestra sociedad durante los siglos XVII y XVIII. 

Desde un punto de vista general podemos entretenemos en clasificar las sociedades en diferentes tipos. Están las sociedades expulsoras: cuando un grupo o un cuerpo social no soporta a un individuo, lo rechaza, como era en parte la solución griega; antaño, los griegos preferían el exilio a cualquier otra pena. Están también las sociedades asesinadoras, torturadoras o purificadoras, que someten id acusado a una especie de ritual punitivo o purificatorio, y, para terminar, las sociedades encerradoras, tal como llegó a serlo la nuestra desde los siglos XVI y XVII. 

En esa época, tanto el desarrollo del aparato de Estado como el de la economía impusieron a la población las normas sociales y económicas. Nuestra sociedad comenzó a implementar un sistema de exclusión e inclusión —la internación o el encarcelamiento— contra cualquier individuo que no se justara a esas normas. Desde entonces, se excluyó a algunos hombres del circuito de la población para incluirlos al mismo tiempo en las prisiones, esos lugares privilegiados que son en cierto sentido las utopías reales de una sociedad. La meta de la internación no sólo era castigar sino también imponer por la fuerza un modelo determinado de comportamiento, así como de aceptaciones: los valores y las aceptaciones de la sociedad. 

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