Aldrin Solano: Entre el Llano y la Literatura







"El llanero es del tamaño del compromiso que se le presente" Refran popular del llano Venezolano  
 





Aldrin Solano es un poeta errante cuyo camino trazado desde la legendaria Caracas hasta las llanuras infinitas de San Fernando de Apure ha forjado no solo su vida, sino también su obra. Nacido en el Distrito Federal, su infancia estuvo marcada por el constante movimiento, un viaje a través del alma de Venezuela, desde las costas de Vargas hasta los horizontes de Guárico. Este trayecto no solo fue geográfico, sino espiritual, sembrando en su joven ser las semillas de un profundo amor por la palabra y las letras.  


Tras retornar a Caracas en 2014, donde reencuentra a su padre, Aldrin completa su formación en Puerto Ordaz y luego, con la paciencia del maestro y la pasión del aprendiz eterno, se consagra como profesor de Lengua y Literatura en Maturín. Su trayectoria como docente en la Universidad Bolivariana de Venezuela, iniciada en 2003, ha sido testigo de su entrega total al conocimiento y a la enseñanza, donde ha guiado a generaciones en el arte de descifrar el mundo a través del lenguaje.

Viviendo actualmente en Maturín, Aldrin Solano se mantiene como una voz firme en la pedagogía venezolana. Su experiencia vital, atravesada por la travesía y el arraigo, impregna su quehacer literario y educativo, donde la palabra es puente entre mundos y generaciones.

Hoy en Bloghemia, compartimos con ustedes tres maravillosos textos de este escritor venezolano. 

El beso en flor

Llegó el beso en flor,
brillando como una perla
en la cúpula de los labios.
Hurgando entre los vértices
y vericuetos de la boca.
Alargando las comisuras
mientras fluctúa sobre la piel
Llegó con sonidos difusos,
tristes, pianisimos, estruendosos
y con chasquidos metálicos
que explotan como centellas
en los pómulos de latón
y en las mejillas de piedra
Escala dimensiones restringidas
pintando en la transparencia
la displicencia de sus dueños
Estimulando curiosas sensaciones
que vuelan como libélulas
en los recovecos del cuerpo
El beso, es un animal imprudente.
Detecta y disuade el aliento asesino
vertiéndose en manadas de suspiros
que danzan cual si fueran péndulos
hacia los abismos del espíritu
Puede ser de ángeles o demonios
en la vertiente de restar o sumar.
Construir fosas ambiguas inadvertidas
en la incertidumbre de la amistad.
A veces, es tan caliente e inhóspito
como el corazón de la hoguera
o la sangre mentolada del volcán
El beso simula los diluvios;
eclosiona en el lodo de la lengua;
salpica en el lago de los ojos
y se baña en la salitre de la cara
a semejanza de un reptil feroz
El beso puede ser ácido y misterioso;
dulce como mermelada de amor.
Pinchar y chupar, y hacerse de los vellos
como un minúsculo trapecista.
Puede sellar y marcar a sus víctimas
para venderlos o comprarlos
con el indeleble signo de la traición


Sobrevivencia

A mi amiga, Milagros Ovalles

Sé de donde vienes
por ese arraigo húmedo
que florece en tus ojos
por el imbricado relato
que inunda los espacios rotos
de tu agridulce historia
Sé de donde vienes
porque cuando hablas
de múltiples formas
te pintas irremediablemente
en los diversos personajes
que has representado
en esas telúrgicas conmociones
del que se hace el teatro de la vida
Sé de donde vienes
por el lenguaje impasible
lleno de tormentas y de mundos
con sonidos de fantasmas
de dioses y demonios
Sé de donde vienes
por los mágicos colores de tu piel
por lo que alumbra
por lo que ensombrece
por lo que se yergue
cuando tus carnes
y tus indelebles huesos
van simulando tu cuento.


La Imagen del café
Para una amiga: A. Maita

Lacónicos nuestros rostros
se hacen espectro irreverente
en el fondo de la taza
Allí yacemos zambullidos
como una pareja de sirenas
en medio del translúcido café
que tú y yo nos bebemos
entre sabores de sueños
y sorbos de esperanzas
Allí están nuestros reflejos
sin voces ni sonidos
pero con gestos y ademanes
que simulan nuestras gracias
tan perfectas que nos desdoblan
multiplicando nuestra realidad
Submundo de aroma
que danza como delfines invisibles
llenando de prodigio las miradas
que se polinizan en el aire
Ritual imaginario que se bautiza
de la fe y de las fantasías
Único medio de poseernos
bebernos en la transmutación
masticando el efervescente vapor
de nuestras imágenes diminutas
y en ese trance efímero imbuirnos
digiriendo un implícito supuesto
de lo que pudiéramos ser tu y yo.


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