Por: Hector Garcia Santos
Sin lugar a dudas la corrupción es una enfermedad cruel y despiadada, que viene azotando la humanidad durante siglos. Civilizaciones tan antigua como China, India, Babilonia o la antigua Persía experimentaron esta pandemia anti-social, discriminatoria y clasista.
No es lo mismo andar por la calle del medio, que por el medio de la calle, los países que han experimentado un sistema severo contra la corrupción hoy gozan de buenas economías y excelente disciplina del gasto entre sus ciudadanos.
El clientelismo político es el resultado de los acuerdos que hacen la clase política con los grupos economicos, el resultado refleja la crisis social y la pérdida de los valores con lo que fueron levantada las sociedades tribales, regionales, continentales o la humanidad en general.
En el caso específico de la República Dominicana, un país con 48,300 km2, con uno de los índice más alto de pobreza extrema, entre los últimos lugares en materia de educación y uno de los sistema de justicia más corrupto del mundo, según todas las investigaciones realizadas por organismos internacionales y nacionales.
En un momento tan crítico como vive la humanidad, con el COVID-19, los Estados han tenido que re-configurar los distintos presupuestos anuales para poder sostener las economías.
Han sido tantos casos de corrupción que se han planificado y ejecutado en la República Dominicana que no sería prudente para el pueblo que se vuelva a refrescar la memoria de tantos tragos de veneno que han dado a beber a los pueblos indefensos, por la clase más sicaria y genocida, "los politontos".
La puesta en escena del escándalo de corrupción destapado por un empresario y suplidor del Estado. La cuarentena activó las ansias de burlas de unas destituida autoridades del INAIPI, encabezada por su directora Berlinesa Franco( esposa de Juancito Sport y cuñada del abusador), es de sumo interés que el país conozca de todo este entramado que involucra la administración más cuestionada y amigable de la corrupción de los gobiernos de la República, solo el gobierno de Báez puede ser considerado más corrupto.
Es la responsabilidad del presidente de la República de ordenar que el ministerio público actúe apegado a la constitución y el código penal, para que paguen por tal hecho en tan difícil situación sanitaria. En las autoridades descansa recobrar el manchado honor e inicial un nuevo día con el ejemplo de la comadre en "Najayo".
Sólo la República Dominicana mantiene impugne los actos de corrupción, países como Perú, Ecuador, el Salvador son de los pocos que tiene expresidentes tras las rejas y hasta suicidado por su presunta culpabilidad.
Para que el sistema judicial sea confiable nuestro país, es propicio separar la escogencia de los jueces, del brazo político tradicional y evitar confabulaciones de pago de favores, por no a lugar en los tribunales.
Los pueblos sin educación tienden hacer más corrupto que los que invierten más para la formación de su población, Singapur, Hong Kong y los países del mar del Norte( Dinamarca, Suecia, Holanda y Reino Unido), tienen un alto índice educativo y procuran la igualdad social ante todo.
Vamos a crear las condiciones para que los países en proceso de desarrollo puedan invertir en los sistemas de salud y educación, sin caer en el error de edificar las grandes cuentas bancarias, de la clase política y ractificar el compromiso ético-moral de buscar la cura del robo, saqueo y abuso que heredamos de los brillantes colonizadores del continente Americano.
Somos un país rico, pero sabiamente desfalcado, hasta en la semana mayor, donde se llama a la reflexión y reencontrarse con las creencias religiosas se actúa con la mentalidad de que hay que aprovechar en la abundancia para cuando llegue la escasez.
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